Quienes están al frente de los departamentos de mantenimiento buscan no solamente optimizar el rendimiento de los activos, sino también garantizar su funcionamiento continuo. Para lograrlo, necesitan saber cuáles son las fallas en activos industriales que suceden con mayor frecuencia.

Al conocer y estudiar los fallos, los líderes del sector pueden aplicar técnicas de mantenimiento preventivo y predictivo a fin de evitar su aparición, reducir su ocurrencia o bien mitigar la gravedad de las consecuencias.

¿Qué son los fallos y cómo se clasifican?

Cuando hablamos de falla nos referimos a un evento que genera una desviación en la condición original de un activo, provocando que este deje de funcionar, ya sea de manera total o parcial.

Las fallas pueden abarcar diferentes escenarios y niveles de gravedad. Por ejemplo, una falla inicial, en la cual se identifica una mala condición física del equipo, puede ser catalogada como potencial. Si este error no es atendido oportunamente, pasará a ser un fallo funcional que hará que el activo sea incapaz de alcanzar su rendimiento esperado.

Cuando esta desviación continúa sin resolverse, puede surgir lo que se conoce como falla catastrófica, que afecta gravemente todos los componentes internos del equipamiento.

En lo que respecta al tiempo de aparición, las fallas pueden clasificarse en:

  •       Repentinas. Se generan cuando se produce una avería inesperada en la línea de producción. Herramientas rotas o cables fundidos son catalogados como fallos repentinos.
  •       Intermitentes. Son esporádicas y aleatorias, lo que las torna difíciles de detectar. Si no son atendidas, pueden derivar en un fallo total de la máquina.
  •       Graduales. Se trata de fallas en activos industriales que se hacen visibles a medida que la utilidad del equipo va disminuyendo. Tuberías obstruidas por residuos y cuchillas desafiladas son algunos ejemplos. La mayoría de ellas se resuelve con acciones de mantenimiento regulares.

Asimismo, en términos de origen, los fallos se clasifican en:

  •       Producidos por malos cálculos en el diseño. A menudo los fabricantes no conocen en qué condiciones se utilizarán los equipos de diseño, lo que se traduce en aparición de errores asociados a la operatoria.
  •       Generados por mal uso. En este caso, las desviaciones surgen por desconocimiento del funcionamiento de los activos por parte de los operarios, errores o negligencias. Cuando esto sucede, los equipos se usan para funciones para los que no han sido diseñados o trabajan fuera de los parámetros establecidos por el fabricante.
  •       Derivados del envejecimiento. Desgaste, corrosión y cavitación son ejemplos clásicos de las fallas originadas por la proximidad del fin del ciclo de vida de los activos.

Cuáles son las fallas en activos industriales más frecuentes

Ahora bien, ¿cuáles son las desviaciones que aparecen con mayor frecuencia en los equipos industriales?

Sobrecalentamiento

Este tipo de fallo es causado por sobrecarga eléctrica, refrigeración inadecuada o bien por fricción excesiva de los componentes, fenómenos que producen expansión térmica, deformación de los elementos que conforman el activo, reducción de la efectividad de la lubricación, desgaste acelerado, riesgo de incendio y daño eléctrico.

Desgaste físico

Cuando la lubricación es deficiente, hay fricción entre las piezas móviles, o bien existen contaminantes abrasivos, se produce el desgaste mecánico de los equipos.

Como consecuencia de este fenómeno, se desalinean los componentes, aumentan la corrosión y la fricción, se produce pérdida de material y se degradan las superficies de contacto, reduciendo la eficiencia del activo.

Cavitación

Esta desviación, que se produce en equipos como turbinas hidráulicas, bombas centrífugas, sistemas de refrigeración y válvulas de control, se genera cuando la presión del líquido cae por debajo de la presión de vapor, provocando la formación de burbujas de vapor en el líquido.

Cuando el líquido vuelve a una zona de alta presión, las burbujas colapsan e impactan violentamente contra las superficies, generando lo que se conoce como cavitación.

Este fenómeno aparece cuando hay velocidades de flujo muy altas, temperaturas extremas, cambios abruptos de presión e impurezas en el fluido. ¿Cuáles son sus consecuencias? Ruidos, vibraciones, erosión de las superficies mecánicas y pérdida general de la eficiencia.

Fallas en rodamientos y engranajes

Compuestos por componentes rodantes y pistas que deben girar libremente y sin fricción, los rodamientos son uno de los elementos más delicados en las máquinas.

Cuando su lubricación no es la adecuada, el montaje es incorrecto o se desalinean, desequilibran o sobrecargan los ejes, puede aumentar la fricción y la vibración de los rodamientos, afectando la rotación y generando daño secundario en otras piezas.

Los engranajes, por su parte, pueden fallar por desgaste, sobrecarga, corrosión, fatiga, mal montaje y lubricación insuficiente. Esto genera un aumento en la fricción, daños a los dientes, ruidos, mal funcionamiento y riesgo de fallas críticas.

Fallos eléctricos

Una de las fallas en activos industriales más comunes tiene que ver con incidentes eléctricos causados por picos de corriente o tensión, errores en el diseño de los tableros y/o circuitos y desviaciones en los aislamientos.

Si no son resueltas a tiempo, pueden causar incendios, daños masivos en las plantas de producción, tiempos de inactividad prolongados y riesgos para la integridad y seguridad de los operarios.

Sobrecarga

Cuando hay cambios repentinos y abruptos en los parámetros operativos, o bien las cargas superan las capacidades para las cuales el equipo fue desarrollado, se genera una sobrecarga sobre sus componentes.

Este escenario puede derivar en mayor consumo energético, aumentos de la temperatura y desgaste acelerado de las piezas y los activos.

Cómo ayuda un CMMS

La implementación de un sistema computarizado de gestión de mantenimiento, o CMMS, cumple un rol crucial a la hora de detectar las fallas más habituales en los equipamientos industriales.

En primer lugar, permite recolectar, sistematizar y centralizar los datos del funcionamiento de los equipos. Así, los responsables de los sectores de mantenimiento pueden analizar las tendencias de desempeño e identificar patrones de fallos.

Luego de recopilar esta información, el software brinda la posibilidad de programar tareas de mantenimiento y acciones específicas a ejecutar sobre cada activo, así como de monitorear el estado de cada máquina en tiempo real, inspeccionando parámetros como vibración, temperatura y consumo energético, entre otros.

Además, facilita la generación de informes y la identificación de puntos de mejora en la estrategia de gestión de equipos, a la vez que envía notificaciones y alertas automáticas a los responsables de mantenimiento cuando surgen anomalías o desviaciones repentinas.

 

Como puedes ver, un CMMS como Consuman cumple un papel fundamental en la detección de las fallas de activos industriales. Gracias a sus funcionalidades, permite identificar errores y evitar su aparición, o bien mitigar sus consecuencias negativas. ¿Tienes dudas? Contáctanos.

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