Para mantenerse competitivas y ser capaces de cubrir las demandas cambiantes del mercado, las organizaciones necesitan contar con equipamientos fiables. En este sentido, implementar un CMMS es una decisión clave para asegurar la continuidad productiva.

Ahora bien, ¿cómo incide en la operatoria la puesta en marcha de un sistema de gestión y mantenimiento de activos? ¿Cuál es el impacto real y efectivo de su utilización? Te lo contamos en este artículo.

Operatoria manual, una metodología obsoleta y poco eficiente

A pesar de que la innovación tecnológica avanza a pasos agigantados y en el mercado están disponibles diferentes instrumentos que permiten gestionar el sector de mantenimiento de manera digital, algunas compañías aún continúan trabajando de manera tradicional.

Lejos de ser una estrategia eficiente, gestionar manualmente el mantenimiento de los activos presenta numerosos inconvenientes:

  •       Datos incompletos o desactualizados. La recopilación artesanal de datos no permite conocer su estado en tiempo real. Esto dificulta la identificación de patrones y tendencias, impide una respuesta veloz a problemas potenciales y complica la planificación del mantenimiento preventivo.
  •       Alta probabilidad de error. Los seres humanos no son infalibles. Si cometen equivocaciones al recolectar datos y realizar inspecciones, la seguridad y eficiencia de los equipamientos se reduce notablemente.
  •       Falta de flexibilidad y adaptabilidad. Los ámbitos empresariales están en permanente evolución. Los operadores humanos pueden tener dificultades para adaptarse a estos cambios, especialmente en lo que respecta a las condiciones de operación de los activos, los requisitos regulatorios y las fluctuaciones de la demanda.
  •       Baja eficiencia y rentabilidad. La operatoria manual no solo es costosa, sino que también es poco eficiente. Los colaboradores no pueden estar constantemente chequeando el funcionamiento de los equipos. Por eso, las chances de que no se detecten los problemas a tiempo aumenta, así como la probabilidad de fallas y paradas no planificadas.

Cuál es el impacto REAL de implementar un CMMS

Poner en marcha un sistema de gestión de mantenimiento asistido por computadora, o CMMS, que reemplace las acciones manuales es clave para cumplir con las demandas operativas y asegurar un desempeño optimizado de los equipos críticos.

Pero, ¿cómo podemos ponderar los beneficios que trae aparejada la implementación de este tipo de herramientas? Explorando algunos parámetros que dan cuenta del impacto positivo real que estos sistemas aportan.

Registro de activos

Las hojas de cálculo o —peor aún— las anotaciones hechas en papel no solamente tienden a estar plagadas de errores, sino que también dificultan el acceso a información clave sobre el estado de los activos, el historial de mantenimiento o los insumos que requieren para su funcionamiento.

Cuando los datos están dispersos en diferentes documentos y no se relacionan unos con otros, las chances de tomar decisiones inoportunas en términos de mantenimiento aumentan notablemente.

Un sistema de gestión computarizado unifica y centraliza la información de cada uno de los equipos, actualizándola en tiempo real. 

Por eso, su utilización hace posible diseñar estrategias efectivas en lo que respecta a la administración de recursos, las acciones de mantenimiento y el ciclo de vida de las maquinarias.

Tiempos de inactividad

Cuando las paradas operativas, programadas o no, se extienden demasiado, las consecuencias para las organizaciones pueden ser catastróficas.

Las inspecciones y relevamientos que se hacen de manera manual son propensas a errores, lo que, en el caso de fallas, se traduce en tiempos de inactividad prolongados.

Al implementar un CMMS, este riesgo se mitiga, dado que los sistemas computarizados facilitan la inspección y reparación de los activos, capturando datos en tiempo real y detectando potenciales inconvenientes para que puedan ser resueltos antes de que se produzcan.

Control de inventario

Para que la gestión del mantenimiento sea exitosa, es necesario llevar un registro preciso de los repuestos, materiales e insumos que se precisan para desarrollar las tareas de verificación y reparación de los activos.

Anotar en hojas de cálculo o en papeles los elementos con los que se cuenta es, además de engorroso, poco eficiente. 

Falta de actualización en tiempo real, errores humanos en el cálculo de las existencias y visibilidad parcial o nula del estado de los repuestos son algunos de los problemas más habituales.

Una plataforma de gestión permite administrar el inventario de manera precisa, brindando datos sobre los niveles de stock, el estado de los materiales y la rotación de las piezas críticas.

Asimismo, elimina los gastos derivados de compras innecesarias y fomenta la continuidad operativa, garantizando la existencia de los elementos necesarios para efectuar las tareas de mantenimiento.

Gestión de órdenes de trabajo

Administrar las órdenes de trabajo (OT) de manera adecuada es clave para optimizar la planificación y asignación de recursos, extender la vida útil de los equipos y mejorar la operatoria.

Sin una plataforma digital, las OT se gestionan a través de papeles, correos electrónicos o, en algunos casos, mensajes de voz. Además de ser desorganizada, esta forma de operar conduce a pérdidas de información y retrasos.

Implementar un CMMS permite digitalizar y centralizar en un único sistema todas las órdenes de trabajo de una empresa, para que los técnicos, operarios y responsables de mantenimiento puedan acceder a ellas de manera rápida y sencilla.

A su vez, la digitalización brinda la posibilidad de priorizar las OT críticas sobre las actividades menos urgentes, enviar alertas y notificaciones y actualizar el estado de los equipos en tiempo real, optimizando la operatoria.

Control de las actividades

Planificar y monitorear el progreso de las actividades de forma manual, sea a través de pizarras, papeles u hojas de cálculo, implica una inversión de tiempo y esfuerzo por parte de los líderes de mantenimiento y los operarios.

Además, la falta de seguimiento en tiempo real que se desprende de la operatoria tradicional conduce a retrasos y solapamientos de tareas. Esto, a su vez, resulta en tiempos de inactividad no planeados y costos elevados.

Los CMMS hacen posible una programación flexible de las funciones a realizar, se trate de actividades preventivas regulares o de acciones correctivas que revisten urgencia. 

Gracias a estos sistemas, los técnicos reciben en dispositivos móviles las OT en las cuales se detallan todas las informaciones que necesitan para trabajar.

Análisis de datos

No es ningún secreto que verificar datos manualmente es lento, engorroso y poco eficiente. La multiplicidad de fuentes de información y la falta de acceso a datos históricos hace que sea complejo identificar patrones, resolver problemas y proponer mejoras a futuro.

La puesta en marcha de un sistema de gestión de activos permite recopilar, sistematizar y centralizar la información en una única plataforma, facilitando el análisis de los datos y la detección de tendencias. Además, la digitalización es clave para confeccionar informes detallados sobre el funcionamiento de cada activo y prevenir fallas futuras.

 

Como puedes ver, implementar un CMMS como Consuman impacta positivamente sobre el mantenimiento, optimizando el desempeño de los equipos, prolongando su vida útil y garantizando la continuidad operativa. ¿Tienes dudas? Contáctanos.

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